calamar gigante que emite luz

 Historia:
Un calamar gigante que vive en las profundidades de los mares tropicales o subtropicales emite haces de luz al atacar a sus presas, según han descubierto científicos japoneses. En un trabajo para el boletín de la Royal Society británica, los científicos explican que esas criaturas utilizan probablemente la luz para desorientar a sus víctimas potenciales.
Los expertos han captado en un vídeo el espectacular ataque de un calamar de la especie "taningia danae" llevado a cabo en las aguas profundas frente a las costas de la isla de Chichijima en el Pacífico Norte, informó la BBC.
El vídeo, que data de 2005, muestra por primera vez a esos calamares como predadores agresivos en lugar de animales inactivos y perezosos, como se pensaba antes.
El calamar en cuestión, que puede medir más de dos metros, nada con velocidad hacia delante y hacia atrás moviendo sus aletas, que son grandes y musculosas.
El vídeo, filmado a profundidades de entre 240 y 940 metros, muestra cómo esos cefalópodos pueden llegar a alcanzar una velocidad de 2,5 metros por segundo al lanzarse sobre la presa, que capturan con sus ocho tentáculos.
Lo que más sorprendió, sin embargo, a los investigadores, según declaró a la BBC Tsunemi Kubodera, del Museo Nacional de Ciencia, fueron los haces "biolumínicos" que esos calamares producen gracias a unos órganos que llevan en sus tentáculos.
Según Kubodera, la luz puede desorientar a la presa potencial e inactivar sus defensas aunque también puede servir para iluminar el entorno y medir la distancia a la que se encuentra aquélla.
Los científicos opinan, por otro lado, que las luces pueden servirle asimismo al calamar para cortejar a otros individuos de su misma especie.
Todavía se conoce poco de la ecología y la biología de los calamares de las profundidades, de los que subsisten varias especies.














YETI

SERA REAL ESTE VIDEO O NO DA AVER A UN TIPO HUMANOIDE PELUDO CAMINANDO POR LA NIEVE DE ALREDEDOR DE 2 METROS DE ALTURA CAMINA CON LA ESPALDA ENCORBADA Y ARRASTRANDO LOS BRAZOS SERA REAL O FALSO

BIG FOOD (PIE GRANDE )

Bigfoot: Pie Grande

 
C ientosde observaciones en todo el subcontinente norteamericano sugieren que el fabuloso piesgrandes existe realmente. Pero, ¿cómo puede sobrevivir esta criatura primitiva en la sociedad más desarrollada del mundo?
   

 
Fotograma 1 del Bigfoot.
Fotograma 2 del Bigfoot.
Fotograma 3 del Bigfoot.
Fotograma 4 del Bigfoot.
Secuencia de la única película filmada de un Bigfoot en California en 1967. Hasta el día de hoy se discute sobre su veracidad o no.
Informes Fidedignos acerca de "hombres bestia" en el subcontinente americano se dieron a conocer ya en 1830. Aunque para la información anterior a 1900 tenemos que confiar en viejas crónicas periodísticas, investigadores decididos han encontrado algunas descripciones sugerentes de bestias muy similares a las observadas en la actualidad. En 1851, por ejemplo, un diario local publicó la historia de dos cazadores de Greene County (Arkansas) que vieron un rebaño perseguido por un "animal que tenía las inconfundibles características del ser humano".
Era de gigantesca estatura, su cuerpo estaba cubierto de pelo y su cabeza provista de largos rizos que tapaban casi por entero cuello y hombros. El "hombre salvaje", después de mirarlos fijamente durante un momento, se volvió huyendo a gran velocidad con saltos de tres a cuatro metros. Sus huellas medían unos 33 centímetros.
El cronista añadía que se pensaba que el animal era "un superviviente del sismo que asoló la región en 1811". En casi todos estos primeros informes se consideraba a los hombres-bestia como "hombres salvajes", suponiendo que eran humanos que se habían refugiado en los bosques y en cuyo cuerpo se había desarrollado un tupido manto de pelo. Pero la moderna teoría evolucionista considera esto improbable.
Esta observación, que tuvo lugar en Arkansas, demuestra que las apariciones de piesgrandes no se limitan a los estados del Noroeste (norte de California, Oregon, Washington) y la Columbia Británica, donde se han producido la mayoría de ellas. Aunque en dichas regiones, con vastas zonas de montañas boscosas, se ha originado más información que en otras, piesgrandes o sus huellas han sido vistos en casi todos los estados norteamericanos y en las provincias canadienses. En Florida, muy lejos de lo que se considera el territorio tradicional de los piesgrandes, se han producido numerosas observaciones de "monos pestilentes" en los últimos años.
Muchos informes se limitan a describir un hombre-bestia apenas entrevisto en lugares boscosos. Pero existen otros muy detallados que muestran ciertos rasgos característicos. Al parecer, los piesgrandes son tímidos y no gustan de la presencia de los humanos, aunque también tienen una vena de curiosidad y a veces se acercan por la noche a grupos que acampan en los bosques, contemplan sus pertenencias y, ocasionalmente, balancean su caravana o su coche. Esta conducta y antiguos informes sobre la destrucción de campamentos de buscadores de minerales ponen de manifiesto el deseo de ahuyentar a los intrusos.
También han sido vistos merodeando cerca de casas de campo y aldeas, atraídos probable mente por la facilidad para conseguir comida. Pero, pese a su aspecto terrible y a la conducta provocadora de sus descubridores (cuya reacción es, con frecuencia, disparar primero y preguntar después), los piesgrandes no son agresivos con los humanos, existiendo muy pocas noticias de que hayan causado daños.
A medida que avanza el siglo XX y crece el número de personas que conocen la existencia de los piesgrandes, las noticias sobre observaciones antiguas y recientes van en aumento, y desde los años sesenta se dispone ya de un vasto archivo de informes. Aunque es obvio que esto se debía en parte a la mayor publicidad, ¿significaba también que los piesgrandes eran vistos con mayor frecuencia? Como, a causa del avance de la civilización, su hábitat debe ir reduciéndose gradualmente, es lógico suponer que su número disminuye. Quizá sea esta presión sobre su entorno lo que los fuerza a visitar lugares habitados en busca de alimentos, lo que explicaría a su vez el aumento de las observaciones.
Comparación de la huella de un Bigfoot con la de un ser humano.
Molde de una huella en yeso del Bigfoot que fue filmado en 1967 en Bluff Creek, California por Patterson. Después de la aparición del ser, dejó en el lugar numerosas pisadas que fueron posteriormente sacadas en molde. Obsérvese el descomunal tamaño de la huella la cual mide unos 40 cm, en comparación del pie de un ser humano que tan sólo mide unos 25 cm.
El Bigfoot Casebook (Registro de piesgrandes) contiene unas 1.000 observaciones de los últimos 150 años, y no es una colección completa. Según las estimaciones, sólo se comunica una de cada diez observaciones, o sea que pueden haber sido unas 10 000 durante dicho período. Existen también numerosas noticias sobre grandes huellas de aspecto humano que han aparecido por lo general en el barro, la nieve o la arena, y que se supone que son de un piesgrandes. Algunas veces, los investigadores que estudian los informes han hallado también pelo o heces que podrían pertenecer a un piesgrandes, pero los análisis que se han hecho de estas sustancias no suelen ser concluyentes.
Una selección de algunas informaciones correspondientes al presente siglo nos dará una imagen clara del piesgrandes y de su conducta. En 1969 Albert M. Fletcher escribió acerca de un encuentro que tuvo 50 años antes, cuando era leñador en Washington.
En otoño de 1917, cuando tenía 17 años, trabajaba como leñador en un campamento junto al río Cowlitz, en el estado de Washington. Una noche de luna iba caminando por una senda en dirección a un baile, cuando tuve la incómoda sensación de que algo me seguía de cerca. Miré varias veces por encima del hombro, pero no vi nada. Cuando llegué a una curva del camino, me escondí detrás de un árbol y esperé para ver de qué se trataba. Casi en seguida apareció una criatura muy grande y de aspecto humano, que debía medir unos dos metros o algo más.
Caminaba sobre las patas traseras, estaba cubierta de pelo oscuro, tenía barba y un pecho amplio, y, por lo que pude ver, no llevaba ningún tipo de ropa. Sin salir de mi asombro, grité alarmado y la criatura se volvió instantáneamente y se alejó corriendo por el bosque, siempre sobre las patas traseras. Cuando se lo conté a mis compañeros, algunos se rieron, pero otros aseguraron que habían visto lo mismo. Nadie tenía una explicación, ni un nombre, pero todos estaban de acuerdo en que era algo grande, con aspecto de mono, y también en que se parecía a un hombre muy fornido.

 

Secuestrado Por Un Hombre-Bestia

El buscador de piesgrandes René Dahinden, de pie junto a la estatua realizada por Jim McClain en Willow Creek, California. La figura, modelada según las descripciones de los piesgrandes vistos en la zona, tiene 2'40 m de altura, 1'04 m de anchura en los hombros y pies de 46 por 25 cm.
Otro informe, de 1924, relata algo que, de ser cierto, constituye el encuentro más espectacular con un piesgrandes entre los que se hallan registrados. Albert Ostman afirma haber sido secuestrado por un piesgrandes, que lo mantuvo cautivo varios días antes de que lograra escapar. El secuestro tuvo lugar cerca de Toba Inlet, en la Columbia Británica, en cuyas montañas acampaba en busca de minerales. Una noche un piesgrandes de unos 2,40 m lo cogió en su saco de dormir y lo llevó por el campo durante lo que al incómodo y asustado Ostman le parecieron tres horas.
Aún estaba oscuro cuando llegaron a su destino, pero al amanecer Ostman pudo comprobar que había cuatro piesgrandes, un macho y una hembra adultos y un macho y una hembra infantiles. Durante su cautividad, Ostman pudo estudiar la forma de vida de la familia y pensar en el modo de huir. Pero todos sus intentos fueron frustrados por "el viejo", como lo llamaba él. Ostman tenía su rifle, pero se resistía a hacer daño a las criaturas, pues lo trataban bien. Finalmente pudo escapar dando al "viejo" una gran cantidad de rapé, que lo dejó incapacitado. Mientras el piesgrandes corría a buscar agua, Ostman cogió sus cosas y salió huyendo a toda velocidad.
Los encuentros en los que el testigo puede observar largamente y de cerca a la criatura son los más interesantes. Un observador tranquilo puede aportar mucho a nuestro conocimiento sobre la materia. Uno de los mejores informes de este tipo fue elaborado por William Roe, que vio a un piesgrandes en la montaña Mica, en la Columbia Británica, en octubre de 1955.
Roe estaba oculto en un matorral, de modo que el piesgrandes -una hembra de 1,80 m de altura, 1 m de ancho y unos 135 kg. de peso- se acercó sin percatarse de que era observado. Cuando estaba a unos seis metros de distancia, se puso en cuclillas junto al matorral en que se escondía roe, quien más tarde escribió una cuidadosa descripción de la cabeza, la cara y el pelo del piesgrandes, y de la forma en que andaba. Por un momento se preguntó si no se habría metido sin darse cuenta en un set y estaba contemplando a un actor maquillado, pero pronto descartó esta idea. Su informe continúa así: Finalmente, esa cosa debió percibir mi olor, porque me miró directamente a través de un claro en el matorral. Una expresión de asombro pasó por su cara. Me pareció tan cómica que sonreí. Siempre en cuclillas, retrocedió tres o cuatro pasos, después se irguió por completo y marchó velozmente por donde había venido. Me miró un instante por encima del hombro, pero no con temor, sino como si no quisiera entrar en contacto con algo extraño.
Roe consideró la posibilidad de disparar a lo que hubiese resultado un ejemplar único y hasta levantó su rifle. Pero no pudo hacerlo. "Aunque en un principio lo había considerado un animal, en aquel momento sentí que se trataba de un ser humano, y supe que si disparaba nunca me lo perdonaría."
¿Humano o animal? Los testigos no están seguros, y los investigadores tampoco. "Si tuviéramos un cadáver para examinarlo", claman. Pero los que consideran que lo importante es matar un piesgrandes para probar su existencia de una vez para siempre, se encuentran con la oposición de quienes piensan que hay que dejar en paz a la criatura. ¿Qué derecho tiene el hombre a cometer un asesinato para satisfacer su curiosidad?
Algunos informes sugieren que alguien con la suficiente paciencia y calma podría incluso hacerse amigo de un piesgrandes. En el otoño de 1966, una pareja que vivía cerca de Lower Bank, en Nueva Jersey, encontró huellas de 43 cm de longitud cerca de su casa, y más tarde vieron una cara que asomaba por una ventana situada a más de dos metros de altura. Durante algún tiempo fueron dejando con regularidad restos de verduras, que el piesgrandes consumía, pero una noche en que se olvidaron el visitante demostró su irritación arrojando un cubo de basura contra la pared. Un tiro al aire no lo asustó, y el hombre disparó al cuerpo del piesgrandes, que huyó para no volver más.
Nueve metros de vacilante película en color de 16 mm conmovieron al mundillo de los buscadores de piesgrandes en 1967. Los interrogantes que planteaba la cinta aún no han sido desvelados a satisfacción de todos. Detrás de la cámara se hallaba Roger Patterson, que en octubre de ese año cabalgaba con Bob Gimlin por los remotos bosques de la región de Bluff Creek, en el norte de California, en busca de rastros de piesgrandes. Sus caballos retrocedieron atemorizados cuando se hallaron de improviso frente a un piesgrandes hembra, en cuclillas junto a un arroyo. Patterson desmontó de un salto, tomó su cámara y echó a correr tras la figura que se alejaba. Antes de perderse de vista entre los árboles, el piesgrandes se volvió para mirar a los hombres. El famoso fragmento de película ha sido analizado numerosas veces desde 1967, pero aunque nadie haya podido probar que sea una falsificación, los hombres de ciencia se muestran escépticos sobre el particular.
Esto puede deberse a cautela natural, o al curioso argumento de que "los piesgrandes no pueden existir; por lo tanto, no existen". Entretanto, la criatura continúa apareciendo con regularidad en América del Norte, alarmando, aunque sin hacer daño, a los testigos, que invariablemente son cogidos por sorpresa, e intrigando a todos aquellos que meditan acerca de su existencia.

LONG NESS

Hace no menos de 1500 años que existe una leyenda en los Highlands de Escocia. Habla esta leyenda de un temible dragón que vive en un lago negro. Habla esta leyenda del monstruo del Lago Ness. Cuentan que devoraba reses enteras, y que también devoraba a los incautos que se acercaban demasiado. Salvo a uno que hizo la señal de la cruz.
El Lago Negro (Loch Ness) del condado de Iverness tiene 56 Km2 de extensión y una profundidad máxima de 240 m. Nadie puso nunca en duda la leyenda del monstruo más famoso de todos los tiempos. Ningún otro animal ha sido objeto de tantos avistamientos, tantas fotografías indescifrables, tantas expediciones científicas infructuosas, ni tanta polémica.
El castillo Urquarht, en la orilla del lago. La imagen más popular de este monstruo (con la inestimable ayuda de la industria cinematográfica de Hollywood) parece corresponder a la de un plesiosaurio, un dinosaurio acuático de tamaño medio y costumbres carnívoras, común a finales del Cretácico y principios del Jurásico. La mayor parte de las personas que han observado este animal lo describen con un largo cuello, un cuerpo robusto y unas aletas en forma de rombo. Incluso se le asignó un nombre científico: Nessiteros rhombopteryx.
Pero Nessie, nombre con el que se denomina popularmente al monstruo, ha provocado demasiada polémica como para que las hipótesis sobre su fisionomía queden reducidas a una sola. Se ha sugerido que el monstruo es una especie de foca, aunque las dimensiones no concuerdan. También se ha especulado con la posibilidad de que fuera una anguila gigante, una enorme nutria, una orca, un calderón, un pez gigante, un invertebrado de hace 280 millones de años conocido como “monstruo tully” o incluso un anfibio ictiófago del periodo carbonífero. Pero la opción más atractiva para el público parece ser la del plesiosaurio.
Foto tomada en 1933 por Hugh Gray. Es imposible determinar qué aparece en la foto, pero da lugar a muchas especulaciones.A los numerosos avistamientos se unen la miríada de fotografías en las que se "observa" a Nessie ó parte de él. Muchas de ellas son fraudes, pero hay algunas bastante famosas, y el resto no son determinantes para identificar nada.
Los testimonios son tan abundantes que Nessie ha sido tomado en serio por muchos científicos, que han organizado expediciones para documentar su posible existencia.
Entre ellos destaca la expedición, patrocinada por la prestigiosa National Geographic Society, dirigida en 1970 por el Dr. Robert Ballard (la misma persona que, posteriormente encontró el Titanic). Ésta fue la expedición más importante que ha intentado desvelar el misterio. No se reparó en gastos: cámaras subacuáticas, sonar, scanners... pero el resultado fué más bien magro: una gran población de truchas, algunas teteras y varios zapatos, pero ningún monstruo marino.
Foto tomada en 1934 por el Coronel Robert Wilson, años mas tarde se demostró que habia sido trucadaEn 1991 un tal Stewart Campbell estudió todos los datos disponibles sobre el lago Ness y llegó a la conclusión de que no hay razón para creer que exista nada anormal en el lago.
Para Campbell, la leyenda tiene su origen en el avistamiento de un gran tronco de árbol hundido que afloró a la superficie debido a los gases de descomposición de la materia orgánica del fondo del lago. ¿El resultado? burbujas, chapoteo y una gran masa de color marrón que se volvía a hundir una vez liberados todos los gases.
¿No se parece esta explicación a la mayor parte de los testimonios sobre el monstruo?